Señor de los Milagros

A mediados del siglo XVII los negros de Angola formaron la cofradía de Pachacamilla y levantaron una edificación en donde uno de ellos pintó en la pared la preciosa imagen de Cristo.
El 13 de noviembre de 1655 un fuerte terremoto sacudió a Lima y Callao haciendo caer muchos edificios y causando miles de muertos. Todas las paredes de la Cofradía de los angoleños se cayeron, pero el muro de adobe con la imagen del Cristo permaneció en pie perfectamente, lo que fue considerado un verdadero milagro.
Cada año aumentó la fe al que llamaron Señor de los Milagros y hoy en día su procesión por las calles de lima en el mes de octubre congrega a millones de personas de diferentes partes del mundo.
¿Que es?
El Señor de los Milagros es una imagen de Cristo en la cruz pintada en una pared de adobe ubicada en el Altar Mayor del Santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú), y venerada por peruanos y extranjeros en el Perú y alrededor del mundo, por quienes es considerada milagrosa. Su procesión es una tradición peruana, considerada como la manifestación religiosa católica periódica más numerosa del mundo. Fue pintada por un esclavo de casta angoleña llamado Pedro Dalcón o benito, según Raúl Porras Barrenechea. Se le conoce como Cristo Moreno debido a que, entre sus creyentes, predominaba la gente negra. Podría estar relacionado, según explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario al dios Pachacámac, tan solo por haber sido pintado en el Barrio de Pachacamilla en el centro de Lima.
Día Central del Señor de los Milagros
El Señor de los Milagros, conocido también como el Cristo Morado, Cristo de Pachacamilla, Cristo Moreno o Señor de los Temblores, es la imagen más venerada en el Perú ubicada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas en Lima.
Su historia se remonta hacia la época de la Colonia, cuando el virreynato del Perú era administrado por el Virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra. Corría el año 1651 y un esclavo angoleño, de nombre Pedro Falcón, uso una de las paredes de un viejo galpón en Pachacamilla para plasmar la imagen de Cristo crucificado.
Pachacamilla se formó en 1622 cuando en Lima ya se había experimentado un sustancial crecimiento, con 25 mil habitantes que vivían en la zona céntrica de la ciudad, mientras que en los solares estaban los esclavos indios y negros.
Falcón pintó la imagen de Jesucristo en una pared tosca, muy cerca a una acequia de regadío y con un acabado imperfecto. Muchos no le dieron valor a la pintura, porque además Falcón no había estudiado pintura y trabajó la obra básicamente por su devoción a Cristo.
Pero, poco a poco, la imagen recibió la visita de muchos fieles, quienes adoptaron a aquel Cristo como patrón de la cofradía y lo bautizaron como el ''Cristo Moreno'', debido a las raíces culturales de quien fue autor de la obra.
El 13 de Noviembre de 1655, un terrible terremoto azotó Lima ocasionando el derrumbe de templos, mansiones y viviendas, en cuyos restos se encontraron miles de muertos, además de los danmificados. En Pachacamilla, las paredes de la cofradía se derrumbaron menos una, aquella donde se erguía la imagen de Cristo Crucificado, que yacía sin ningún rasguño.
Se trató de un auténtico milagro y pese a que luego de ese terremoto ocurrieron más réplicas, la imagen del Cristo Moreno se mantuvo en pie, motivando la llegada de más devotos hacia Pachacamilla, quienes levantaron un altar en la cofradía.
De esa forma, se generó esta devoción por el Señor de los Milagros. Ocurrieron más sismos, miles de enfermos se entregaron a su palabra y su fe les devolvió la alegría. Octubre es por tradición, un mes de recogimiento para el pueblo católico peruano.
AL SEÑOR DE LOS MILAGROS
Paso a Nuestro Amo y Señor
andas, lienzo y candelabros.
Paso a Nuestro Salvador
el Señor de los Milagros.
La calle es un río humano
por cuyo cauce, la gente
muy acompasadamente
camina desde temprano.
“Avancen, avancen hermanos,
no estorben al cargador...”
grita el Capataz Mayor
que las cuadrillas comanda.
“Paso, que vienen las andas,
paso a Nuestro Amo y Señor...”
Por las calles se desborda
aquel torrente morado;
gimen los pies maltratados,
la Fe permanece sorda.
La multitud que lo aborda
da marco al rey de los cuadros:
Caídas y descalabros
en aquella mar mulata,
y cual velero de plata
andas, lienzo y candelabros.
Una señora morena
le ofrece todos sus hijos;
una ciega de ojos fijos
pídele Luz Nazarena;
azota una Magdalena
su vil cuerpo pecador.
Al paso del Redentor
doblan tristes las campanas
“Avancen, avancen hermanas,
paso a Nuestro Salvador...”
Sobre el lienzo de Jesús
la tarde pinta una sombra.
Sobre las frentes se nombra
señal dela Santa Cruz...
Bajo un cirio —santa luz—
A Ti, Señor, me consagro,
y de tus perfiles magros
venga a nos tu Redención
que nunca negó perdón
el Señor de los Milagros.
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